SOBRE MÍ

ESCRITOR, PROGRAMADOR Y DISEÑADOR.

“Quería escribir una frase inteligente, pero algo falló. Yo y las frases estamos peleados. Ambos nos subestimamos mutuamente”.

Nací un 14 de noviembre de 1991, en el área metropolitana de la ciudad de Monterrey, en el seno de una familia, más bien pobre. Como pasa a muchas personas, cada día desde que recuerdo, fue una constante lucha por sobrevivir. Fui a la escuela, como la mayoría de los niños; y justo como la mayoría, vi truncada mi educación tan pronto terminé la secundaria. En toda mi vida, solo asistí a cuatro escuelas, tres primarias y una telesecundaria, cada una con instalaciones cuestionables, con material básico en condiciones terribles, y en medio de zonas marginales. Los maestros —mención aparte—, al menos con los que coincidí, fueron maravillosos; hacían milagros con lo poco que tenían.

Hablo de mi niñez ya que me resulta una etapa fascinante. No porque viviera cosas emocionantes o trascendentes, sino por la asombrosa capacidad de mi cerebro para bloquear y discriminar todo lo que pudo haberme lastimado. De niño vivía encerrado en mi propio mundo, al que no dejaba entrar a nadie y a nada, un mundo que me alejaba del horrible paisaje en el que me tocó crecer. Pero bueno, nada nuevo bajo el sol. A final de cuentas, así ocurre a la gran mayoría de los niños.

Me interesé en las letras cuando tenía unos dieciocho años. Comencé a leer, como no queriendo, y encontré un escape. Me recordó a mi niñez, cuando me acostaba en el suelo, cerraba los ojos y fingía que estaba en otra parte. Las palabras daban forma a mundos asombrosos, lugares a donde podía ocultarme. Y me decía: —yo puedo hacer esto mismo—. Y sí, podía.

El camino no es fácil. Diez años después de que escribí por vez primera en la hoja de un viejo cuaderno, sigo intentando abrirme camino, hacerme un espacio. El mundo es cruel con las personas como yo, personas que se niegan a ocupar su lugar en la vida. Yo no tengo estudios profesionales, ni carreras costosas, ni licenciaturas extravagantes. Solo soy una persona común intentando no ser tan común. Cada tanto envío un manuscrito a alguna editorial —más bien a todas las que encuentro— y espero, ya no con ilusión sino con resignación. Venga, como ocurre a un montón de personas. Mientras tanto autopublico —no he vendido nada, por cierto—. Tal vez algún día venga a editar esta parte y diga que alguno de mis libros se hizo famoso. Recuérdamelo si ya pasó y no he editado esto.

No hay mucho que pueda contar de mí. Mi vida es tan igual a la de tanta gente. Espero le des una oportunidad a mis letras, modestia aparte, soy bueno con las palabras, y bueno creando historias.

Desde luego, tengo empleo. Soy diseñador y programador en una empresa de desarrollo de software. Amo mi trabajo, pone comida en mi mesa, un techo en mi cabeza, y me resulta de lo más divertido y gratificante. Pero también me gusta escribir, y ambas cosas —escribir y mi trabajo— no están peleadas.

Por si tienes algo que decirme: eleserfstone@yahoo.com